Año 2, Número 4, julio-diciembre 2021
Editorial
Por Laura García Landa
Hace unos años me encontraba en Gante, Bélgica y me preguntaba cómo era posible que todos se vistieran de negro, que cerraran las tiendas a las cinco de la tarde, que los empleados que despachaban la fila de las belegde broodjes y atendieran en el banco lo hicieran en cuatro o cinco lenguas y que, un colega, al invitarme té, me pidiera que me lo sirviera. Al mismo tiempo, me parecía increíble poder rentar una bicicleta por 600 francos belgas por un año y poder transitar por casi toda la ciudad sin riesgo de ser atropellada. Lejos y cerca, dos categorías que definen movimientos de transición entre varias lenguas-culturas que se imprimen en la cognición humana. Al igual que una semilla, los seres humanos nos transformamos al interactuar con nuestro entorno, de tal manera que al transcurrir de los años ya no conservamos la misma forma sino que nos volvemos sustancia que da vida a otra forma de conocernos y de conocer a otros. Lo que me era poco familiar de repente me lo he apropiado, lo que me había parecido legítimo por años de repente se ve puesto en entredicho. Los colores e imágenes de este número ilustran cómo la simplicidad de las formas y de los colores se anclan a elementos portadores de vida, de sabiduría y de creatividad en cada espacio discursivo, en el que se entreteje el ser y el hacer educativo.
El número cuatro de idiomática da cuenta de la construcción del ser a partir de la interacción principalmente en espacios educativos, anclados a sus contextos socio-culturales diversos, en los que la identidad de los hablantes se actualiza para devenir en imágenes distintas; como hablantes de más de una lengua, como interactuantes, como ciudadanos del mundo situados. Partimos de lo inmediato que nos genera la incomodidad de descubrirnos etereotipados por otros, para reflexionar desde el plano práctico de la enseñanza, sobre los estereotipos de alemanes, italianos y mexicanos (Cedeño y Ángeles). Después transitamos hacia planos más teórico-prácticos de la interacción intercultural y del lenguaje (Chanona) y de la identidad enculturada, de camino hacia una didactización del diálogo intercultural en la enseñanza de lenguas (Pfleger). Como corolario a este diverso panorama de la interculturalidad, en el campo más amplio de la política del lenguaje en la educación de lenguas minorizadas, encontramos una fuente de confrontación y de descubrimiento (Del Carpio y Verde). Lo anterior se complementa con la nota crítica (López Pacheco), que echa una raíz reflexiva sobre el tema del diálogo intercultural en el complejo mundo de la oferta lingüística de lenguas extranjeras en el ámbito universitario.
La entrevista de este número busca compartir la experiencia de la Dra. Gallardo al coordinar un proyecto de investigación educativo en la educación básica, que tenía como componente transversal la integración de la interculturalidad.
Finalmente, hemos incluido una reseña en la que un equipo multidisciplinario e internacional colabora en un proyecto transdiciplinario sobre lexicografía y aprendizaje del léxico (Alfaro Mejía).
En la sección de Maresia, Ortiz acrisola la paleta de la transculturalidad, en objetos que adquieren identidades distintas, en contextos culturales diversos.
Dejamos que los lectores disfruten de una buena lectura, que entre semillas, tierra, raíces, tallos, hojas, flores, frutos y cenizas, dé vida a un diálogo intercultural fructífero.