Año 2, Número 3, enero-junio 2021
Algunos poemas de Hands Washing Water de Chris Abani
Traducciones de Paulina H. Marroquín
Las versiones abajo presentadas de cuatro poemas del libro Hands Washing Water de Chris Abani se basan en la entrega final del Taller de Traducción del primer semestre del Diplomado de Formación de Traductores Literarios que la ENALLT imparte, sin embargo, presentan una reescritura reciente. Después de haberlos dejado vivir unos cuantos años en su forma de traducción primigenia, y quizá novata, los retomo como parte de un ejercicio necesario para encontrar dentro de la voz de Chris Abani, otra voz que hable y escriba poemas en español.
Durban, Sudáfrica, algunas notaciones de valor
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Durban, South Africa, Some Notations of Value
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Jirafas de metal suben por el borde del acantilado hacia el faro. A la luz de la luna, ballenas, o sus fantasmas, ensucian la arena.
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Metal giraffes march up the bluff toward the lighthouse. In the moonlight, whales, or their ghosts, litter the sand.
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Hay un museo cerca del parque que da hogar al apartheid contenido en tiesas figuras de cera.
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There is a museum by the park that houses apartheid; contained in stiff wax dummies.
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El autobús turístico se detiene a la orilla del camino. A la derecha, un pueblo negro; a la izquierda, uno indio. mientras señala, dice: esta es la división racial.
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The tour bus stops on the road’s edge. On the right a black town, the left Indian. Pointing he says: This is the racial divide.
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Si uno se detiene en el bar, el menú de bebidas ofrece Divas de Red a sólo 5 rands cada una.
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Stopping at the bar, the drink menu offers— Red’s Divas only five rand each.
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El mar y su golpeteo me recuerdan cada noche que aquí las mujeres son más viejas que Dios.
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Each night the pounding sea reminds me that, here, women are older than God.
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Esta gente carga con sus muertos, cubren con su cal cada rostro que encuentran.
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These people carry their dead with them, plastering them onto every met face.
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Todavía el amor reverbera como un diapasón y el sonido que desaparece y se expande es algo más que está creciendo.
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Yet love hums like tuning forks and the fading spreading sound is the growth of something more.
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Su ausencia resuena y ansío el palpitar colorido de las mariposas.
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Their absence is loud and I long for the confetti flutter of butterflies.
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Los mataderos ensucian el paisaje con el siniestro aire de la muerte, letreros que proclaman: Carnicería Zumba, como si aquí fuera donde la sed de sangre de Zumba los hubiera derrotado.
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Abattoirs litter the landscape with the sinister air of murder, signs proclaiming: Zumba Butchery, as though this is where the Zumba’s blood- lust got the better of them.
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El aire acondicionado en mi cuarto canturrea una elegía a un mar que está muy ocupado murmurando.
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The air conditioner in my room hums a dirge to a sea too busy spreading rumors.
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La muerte salta entre los niños de la calle jugando bebeleche en medio del tráfico.
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Death skips between street children playing hopscotch in the traffic.
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La mujer que canta en zulu, en un bar jamaiquino, está invocando incendios, invocándolos. No existe contradicción. |
The woman singing in Zulu, in a Jamaican bar, is calling down fire, calling down fire. There is no contradiction. |
Manos lavando agua
Aun en la caída un tren frena ante la luz. El túnel, la oscuridad… nunca
fueron tan dulces. Este cuerpo no es real. Pero vive. Este cuerpo que vive.
Hay un niño. El divino frescor del agua. Y manos |
Hands Washing Water
Even in the falling a train breaks for the light. The tunnel, the darkness—never
sweeter. This body is not real. Yet living. This living body.
There is a child. The blessed coolness of water. And hands |
Viuda de guerra
El teléfono nunca suena. Aun así lo levantas, sonríes hacia la interferencia de la línea muerta, el aliento de esos que has amado; que hace mucho se marcharon.
La hoja que levantas del otoño asciende y se hunde en la lejanía con cada tirón del viento. Con los dedos rígidos por el tiempo, le sigues el paso.
Mientras miras a la distancia iluminada por las cataratas y otros escombros que fuiste coleccionando, no has olvidado nada de la dicha de hace años de los camiones de helado y su canción de verano.
Entre el pavimento de piedra; entre el té, la taza y el sonido de tu llanto; entre el momento en que despertaste y el momento en que llegó la carta, un lamento agotado: como un viejo flagelante sólo capaz de atormentar con una débil punzada.
Tomas el elevador todo el día, Piso tras piso tras piso, cada parada una pequeña victoria tallada en la dura piedra de la muerte, y sonríes. Solían escribir epopeyas sobre momentos como este. |
War Widow
The telephone never rings. Still you pick it up, smile into the static, the breath of those you’ve loved; long dead.
The leaf you pick from the fall rises and dips away with every ridge. Fingers stiff from time, you trace.
Staring off into a distance limned by cataracts and other collected debris, you have forgotten none of the long-ago joy of an ice-cream truck and its summer song.
Between the paving stones; between tea, a cup, and the sound of you pouring; between the time you woke that morning and the time when the letter came, a tired sorrow: like an old flagellant able only to tease with a weak sting.
Riding the elevator all day, floor after floor after floor, each stop some small victory whittled from the hard stone of death, you smile. They used to write epics about moments like this. |
Sinfonía inconclusa
La luz de esta mañana es un aria. Me giro para seguir revolviendo el café. Una manera de aterrizar este momento entre el silencio y el vaivén. Afuera un ruiseñor está esparciendo rumores entre las flores. Incluso ahora. Incluso después de que todas las heridas sanaron, me rasco alrededor de una costra fantasma, evitando lo que hay debajo. Cuando abro la ventana, el tomillo y el romero se desparraman hacia dentro. Después pondré abono en el jardín de hierbas, desmenuzaré la tierra, musitaré cantos fúnebres, sazonaré las plantas con mordacidad. Por ahora, me acompañan el fuego pintado de Percival y el café. A veces
son suficientes. |
Unfinished Symphony
The light this morning is an aria. I turn back to the stirring of the coffee. A way to ground this time between the hush and the turning. Outside a hummingbird is spreading rumors among flowers. Even now. Even after all the wounds have healed, I scratch around a phantom scab, avoiding what lies beneath. When I open the window, rosemary and thyme spill in. Later I will work loam in the herb garden, crumbling the dirt, whispering dirges, spicing the plants with sharpness. For now, there is Percival’s painted fire and the coffee. Sometimes
it is enough |
Chris Abani (Afikpo, Nigeria, 1966) es un escritor de la llamada nueva ola de autores nigerianos. Estudió en Nigeria, Londres y California, y es profesor en la North Western University. Ha escrito diversas obras poéticas y narrativas entre las que se encuentra Hands Washing Water, publicada en el 2006.