Año 3, Número 6, julio-diciembre 2022

 

Presentación

 

Por Marisela Colín Rodea

 

 

“(…) Pero ni siquiera desde el punto de vista de las cosas más insignificantes de la vida somos los hombres un todo materialmente constituido, idéntico para todos, y del que cualquiera puede enterarse como de un pliego de condiciones o de un testamento; no, nuestra personalidad social es una creación del pensamiento de los demás (...) Llenamos la apariencia física del ser que está frente a nosotros con todas las nociones que respecto a él tenemos, y el aspecto total que de una persona nos formamos está integrado en su mayor parte por dichas nociones.”

(A la recherche du temps perdu. 1. Du côté de chez Swann:14 edición, 1975: 31)

No hay nada que disfrute más que leer un texto a la luz de una lámpara, acompañando la lectura del aroma fresco y poético de un té, “esencia del alma”; su nombre designa un estado de paz y felicidad que se consigue a través de toques de manzanilla y de menta. Al preguntarme la causa de ese placer, cierro los ojos y este aroma evoca la imagen de una tienda tradicional de té situada en el barrio antiguo de Beijing, Gulou hutong. Imágenes de latas y cajas de diferentes tipos de té surgen en un ambiente acogedor y ante una vendedora sonriente. Pues bien, la belleza de la escritura de Proust llega así, de sorpresa, como el aroma perfumado de una gran variedad de hierbas secas o prensadas de té, asaltando diversas reflexiones. Este autor describe las escenas de sus memorias con tonalidades, sonidos y voces que muestran actitudes y nociones de un personaje respecto al Otro: “Allí viene el señor Swan de mi Tía” dice. “El señor Swan de mi abuela cruza el jardín”, señala. Entonces me pregunto sobre el sentido de su frase: “Nuestra personalidad social es una creación del pensamiento de los demás”. Pero, ¿realmente somos percibidos mediante esas nociones que el Otro tiene de nosotros o esa percepción es el resultado de la interacción que mantenemos con ese Otro?

El número 6 de la Revista Idiomática propone a ustedes la lectura de temáticas actuales, desafiantes, que nos envuelven en sus reflexiones y que nos involucran, aun sin quererlo. Recordemos que el lenguaje nos constituye en cuanto sujetos y que los temas de nuestra época, inclusión y violencia, son ejes transversales que cortan diversos planos de la realidad social, tales como la diversidad sexual, el acoso, la desigualdad, el racismo, la discriminación, el feminicidio, el maltrato, la trata de personas, el vivir con VIH, las capacidades diferentes y sus lenguas: la lengua de señas mexicana (LSM) y el Braile.

Entonces, el lenguaje surge como un lugar de poder y, al mismo tiempo, como un lugar para empoderar al sujeto victimizado o excluido; o, como un medio para deconstruir ideologías tan antiguas como la del racismo y de la heteronormatividad; o como el espacio discursivo de la tarea compleja de mediadores culturales y profesionales, tales como los traductores, los docentes de lenguas o de traducción, los diseñadores o los intérpretes de Lengua de Señas Mexicana.

Bolivar (2019, 372, 370) nos recuerda que el “el lenguaje en sí mismo, por sí sólo no incluye o excluye, sino que esto lo hace la gente que lo usa”. Se trata de una idea ya señalada por autores como Searle (1969), Cela (1968), Rey (2017), cuando se refirieron respectivamente a los actos de habla, a la intencionalidad, a la inocencia de las llamadas malas palabras o groserías, al carácter machista de la lengua frente al carácter arbitrario de las palabras masculinas y femeninas en la gramática de la lengua. La autora (Ibíd.: 370; 362) considera importante entender que el término ‘lenguaje inclusivo’ hace referencia a un movimiento social en el que participan diversos actores, universidades, empresas, comunidades, organizaciones, público en general, grupos feministas y antifeministas; se trata de un dialogo global que evidencia las actitudes ante los usos del lenguaje, casi siempre prejuiciado, pero también referente a los grandes problemas de nuestra sociedad, las desigualdades, la discriminación, la exclusión de individuos y de algunos grupos; indica, finalmente, el control del poder por parte de unos pocos. De esta manera, Bolivar considera importante separar lo lingüístico de lo político y propone entender ‘el lenguaje inclusivo’, como “un movimiento social que busca la igualdad entre los seres humanos, basado en el supuesto de que se puede cambiar el comportamiento de las personas y sus actitudes discriminatorias e injustas modificando algunas prácticas en el uso del lenguaje, que, históricamente ha favorecido y visibilizado a los hombres y no a las mujeres” (:362).

El número 6 de Idiomática está integrado por diversos géneros textuales como crónicas, ensayos, artículos, entrevistas, reseñas e infografías y los contenidos de los textos presentan escalas e indexicalidad. Las escalas se refieren a temas locales en contextos globales o viceversa, temas globales en contextos locales, y la indexicalidad a los índices inscritos en el lenguaje que apuntan al contexto en que tuvo lugar el evento.

El texto de Héctor Sebastián Flores Gómez, alumno de la BUAP, nos expone el análisis de un caso referente a las formas de tratamiento, específicamente aborda el nombre de una persona transgénero, y de cómo son consideradas y tratadas las personas en una sociedad. La usuaria trans comparte la agresión vivida en una publicación de Twitter. Un barista de Starbucks en la Ciudad de México no respetó su identidad, género, nombre oficial escrito en su pasaporte, en 2019. El análisis hace un acercamiento irónico a los cuatro ‘twits’ en los que denuncia el evento y señala su molestia por la agresión intensional vivida.

Este primer trabajo nos lleva a plantear algunas preguntas: ¿Con qué actitud nos acercamos a la lectura de textos literarios y académicos, ensayos, crónicas, artículos sobre temas de diversidad, de feminicidio, de acoso o de trata de personas? ¿Podemos entender el significado del dolor para los diversos sujetos afectados por estos eventos? ¿Podemos comprender por qué unas vidas importan y pueden ser lloradas mientras que otras debido a su precariedad no? (Butler, 2010).

Dafne Marian Martínez Romero, en un relato de la propia muerte, narra mediante un discurso desgarrador el feminicidio de Victoria a manos de su cónyuge. Violencia doméstica naturalizada que revictimiza a la mujer desde las instituciones mismas: la familia, la comunidad, la policía. La autora nos propone no juzgar, nos invita a entender el impacto del dolor en las familias de las víctimas.

En su segundo ensayo intitulado “La Efímera vida de Raquel”, Martínez Romero aborda el tema de la trata de personas, un evento que está en la base de las desapariciones de mujeres en México y de muchos feminicidios. En la región cercana a la Ciudad de México la prostitución de mujeres jóvenes, generalmente engañadas, cegadas por el modelo del amor romántico como única salida a su vida desesperanzada, naturaliza una forma de esclavitud y destrucción que lleva a niños y hombres, en algunos lugares, a pensar en ser padrotes como si se tratara de una profesión. La vida de Raquel es un texto de ficción desde la mirada de la psicología social, nos narra el curso de una vida considerada sin valor, atada al miedo y a la destrucción de la autoestima que termina en un feminicidio.

Por su parte, Andrea Daniela Sánchez Domínguez, en la crónica escrita en portugués “Escada de emoções” describe la jornada de tres días de la vida de ella misma reaccionando mediante diversas emociones al evento de la desaparición de Mariela, una joven estudiante de la Facultad de Filosofía, desaparecida en su trayecto a la universidad, y a las actividades de protesta que se siguieron para exigir justicia a las autoridades. Daniela plantea una pregunta muy inquietante: ¿Qué significa ser mujer en el México actual?

De la misma Daniela encontramos la mini-ficción en donde poéticamente se narra la llegada de una mujer al país de la Espiritualidade en el México actual; su llegada provoca una sorpresa en los habitantes del lugar. El texto cuestiona la nueva espiritualidad y la actitud de las personas que encuentran soluciones para los problemas sociales detrás de una sonrisa o de un mantra que les permite evadir la realidad; mirando de lado, sin cuestionarla. ¿Es esto lo único que podemos hacer?

La crónica de Karina Castro Santana “La edad no importa o ¿Cómo se denuncia una mirada?” aborda el tema del acoso, otro comportamiento cotidiano que agrede y genera sentimiento de inseguridad para quien lo vive y que es, a veces, un sentimiento de humillación. El texto nos mueve a la empatía con quien denuncia, nos hace recordar historias parecidas que alguien cercano nos contó. La sociedad, es decir, nosotros, se ve cuestionada nuevamente: ¿Debemos denunciar? ¿Actuar de manera solidaria? ¿Cómo defender a los más débiles?

En la reseña del “Diccionario de violencia contra las mujeres”, de Rosa Luna García, del Instituto de Terminología Ricardo Palma (TERMPALMA), Perú, Laura Gabriela Linares Colmenares nos invita a leer la obra lexicográfica desde una perspectiva de sobrevivencia. Una mirada sobre la violencia contra la mujer mexicana, no peruana o argentina o española, en una obra que ha logrado documentar y organizar las palabras con las que se nombra los tipos de violencia. Su texto nos conduce por un camino de voces de mujeres que tienen muy claro el por qué hay que nombrar y entender el origen de la violencia contra la mujer. Su epígrafe resume todo: “Si escribimos y nombramos lo que nos sucede, será posible leer otra historia para ser mujer en México”, de la escritora mexicana Fabiola Eunice Camacho. Esta frase nos reenvía a otro texto de Camacho, su reseña sobre Agua de Lourdes, en donde está la clave de la violencia machista, de la que los hombres no se cuestionan: “Desde el inicio, Villeda afirma que ‘la llave se encuentra en la memoria personal’. Al escribir, logra situar y desplazar con su voz el origen no de la historia, sino de sus recuerdos y el dolor que la conduce al encuentro con la violencia feminicida. La tesis parte del hecho de que, al igual que ella, “cada mujer termina construyendo un mapa de la violencia sistemática e institucionalizada hacia nosotras, y no sólo eso, en nuestras biografías, al hacer una arqueología pertinente, forense sin más, encontramos los lazos suficientes para la creación de una genealogía, porque si por el hecho de ser mujeres nos matan, también por eso somos hermanas. Sí, también de sangre.”

Cuando un tipo de evento es frecuente, decimos que naturalizamos su presencia en nuestras vidas y nos volvemos insensibles a la tragedia que ellos representan. Los medios de comunicación circulan esta información, especialmente las redes sociales participan en la construcción de estos eventos; los nombran y entonces existen; se clama justicia; se denuncia la incongruencia de las autoridades, los problemas de las instituciones, la falta de comunicación, los tiempos que toma declarar a una persona desaparecida o declarar su muerte como un feminicidio, descubrir un maltrato infantil y llamarlo por su nombre técnico y jurídico. Y entonces nombrar estos eventos por lo que son permite que el lenguaje les de existencia y adquieran su estatus jurídico y que los delitos puedan ser castigados. Pero, ¿cómo respetar al Otro?

Leonardo Herrera entrevista a Arturo Ramírez sobre el tema de Vivir con VIH. La entrevista es sumamente informativa y didáctica. Es un documento de análisis crítico de nuestra sociedad, en donde podemos revisar nuestra propia actitud. Las primeras preguntas que se hace son: ¿Cómo tratamos al otro? ¿Cómo usamos el lenguaje para evitar estigmatizar? Nos dice Ramírez que debemos usar enunciados como “persona con VIH”, “convivir con VIH”; “referirnos al VIH como al virus”; “al SIDA como a un síndrome, no como enfermedad”. Nos propone entender que se trata de ‘una enfermedad crónico-degenerativa en que la persona va a vivir un proceso que debe promover el auto cuidado y, si no hay ese auto cuidado, en algún momento puede haber una etapa definitiva, el SIDA; después un proceso de muerte.’ Es convivir con un virus en torno al cual existen estrategias para evitar que avance. Arturo Ramírez nos ofrece respuestas claras y propositivas para preguntas como las siguientes: ¿Después de 40 años, ha cambiado la actitud de las personas que conviven con VIH? ¿Ha cambiado la percepción de la sociedad sobre la enfermedad y las personas que conviven con VIH? ¿De qué manera se puede educar a la sociedad sobre este tema? ¿Qué hemos aprendido a lo largo de estas cuatro décadas? ¿Cuál es la relación entre género y estigma? ¿Por qué es tan relevante atender las necesidades de quienes viven con VIH? ¿Cómo debemos educar sobre temas de sexualidad a los niños? ¿La educación sexual debe ser diferente para niños y niñas? ¿En qué consiste educar con evidencias científicas? ¿Cómo cambiar el patrón machista que rige a la sociedad mexicana y al mundo occidental?

Jonathan Castro Cid entrevista a Diana Martínez, Alejandro Corona y Diego Francisco Rojas, docentes de italiano, autores del diseño de “Materiales para la enseñanza de italiano a personas ciegas y antíopes”. Les pregunta sobre desafíos y aprendizaje de esta experiencia en el ámbito del aprendizaje autodirigido. El curso que presentan para trabajar por vía remota corresponde al nivel A1 y A2 de italiano y se puede tener acceso al mismo en la mediateca de la ENALLT. La propuesta didáctica busca atender las necesidades de estudiantes invidentes que aprenden italiano, ante la carencia de material y las dificultades de simplemente adaptar algunos ya existentes. El mayor desafío fue conocer al público meta, conocer el proceso de aprendizaje de una lengua y las habilidades que regularmente un alumno visual suele aplicar. La práctica les permitió valorar el material auditivo, identificar cómo promover la comprensión de lectura mediante la impresión en Braille. Los docentes relatan su propio proceso de aprendizaje, por ensayo y error, y el manejo de la frustración, lidiar con ella, cambiar nuevamente. Debe ser un elemento de la formación docente, afirman. Concluyen que “todo mundo habla de inclusión, pero no sabemos cómo llevarla a cabo.”

Ioana Cornea entrevista a Juan Maya, alumno invidente de la Licenciatura en Traducción de la ENALLT, sobre “la accesibilidad informática en la licenciatura en traducción”. ¿Qué tipo de apoyos requerimos para estudiar cuando se es invidente? ¿Qué apoyos brinda la tecnología para traducir textos a Braile? ¿En dónde se encuentran estos recursos? ¿Qué tan accesibles son?

En este número 6 de Idiomática tenemos la oportunidad de conocer la LSM desde la experiencia directa de quienes trabajan, han aprendido o han investigado esta lengua de México. La LSM presenta una modalidad visual-espacial, esto quiere decir que los signantes o sordos se constituyen como sujetos de manera muy diferente a la de los oyentes, esto es, a nosotros. Las formas de decir de la Lengua de Señas suponen colocar sujetos y objetos en el espacio y determinar acciones entre sí y para sí, las que también se mueven en el espacio y relacionan estos actores en una situación, que también es colocada espacialmente. Lodi y Peluso (2015) nos alertan sobre las ideologías de discapacidad con que pensamos la lengua de señas. ¿Somos conscientes de estas ideologías?

Leonardo Herrera entrevista a Sergio Torres Falconi. Se trata de un acercamiento a un artista en su proceso de aprendizaje en una escuela normoauditiva, quien refiere su experiencia de trabajo interactivo en el grupo Seña y verbo, especializado en puestas en escenas dirigidas a la comunidad sorda en México y público en general. El documento es realmente interesante, la experiencia de su interpretación a LSM reta a la tecnología a registrar una lengua gesto-visual. ¿La tecnología es excluyente?

Leonardo Herrera se encarga también de entrevistar a Neftalí García –un intérprete de Lengua de señas mexicana– “acerca de la labor de formación del intérprete de lengua de señas mexicana”, y sobre sus apreciaciones a la necesidad de formar a profesionales de esta lengua, principalmente a intérpretes. ¿Cómo se aprende una lengua de señas?

En el mismo campo de estudios, Martina Hall presenta una infografía y concede una entrevista a Arturo Ramírez sobre “el papel de la Lengua de Señas Mexicana en la educación”. Ambos documentos nos ofrecen una postura de lo que es investigar la LSM. La investigadora nos dice que, como cualquier hablante, un signante tiene derecho a ser alfabetizado en su lengua materna. Esto implica la presencia de un profesor signante o de un intérprete, pero ante todo la presencia de una comunidad signante para poder socializarse en su lengua materna.

Finalmente, el número 6 de Idiomática nos acerca a dos propuestas de gran relevancia sobre el papel de la educación en estos tiempos de inclusión.

La entrevista e infografía a/de Jonathan Castro Cid, “El bullying homofóbico en el salón de LE: Inclusión LGBT+ a través de la lengua extranjera” expone una propuesta académica en curso para promover una competencia inclusiva entre docentes de lenguas extranjeras en situaciones de trabajo en educación superior, propuesta que corresponde a un trabajo de titulación en la ENALLT.

El artículo de Gerardo Martínez Aguiñaga, “El grupo de estudio ‘Falar, Ler e Escrever’, aprendizaje del Portugués como Lengua Extranjera (PLE) con adultos mayores: reporte de una experiencia en curso”, nos refiere parte de una realidad que casi siempre ignoramos: la atención inclusiva a los mayores. Con relación a los adultos mayores, el aprendizaje de una lengua –en este caso portugués– mejora de la capacidad cognitiva e influye en la motivación y en la búsqueda de salud mental y física de este grupo de edad. En países como México, las desigualdades sociales están en la base de las posibilidades de acceso a cursos de lenguas. El uso de Internet, sobre todo en tiempos de pandemia, permite alcanzar a una población mayor y en diferentes situaciones socioeconómicas y culturales, representa también una oportunidad para plantear acciones que beneficien a sectores de la población tradicionalmente desdeñados, pero cuyas experiencias constituyen una oportunidad valiosísima de aprendizaje.

Referencias

 

Bolívar, A. Una introducción al análisis crítico del ‘lenguaje inclusivo, Literatura y Lingüística N° 40ISSN 0716 - 5811 / 2019, pp. 355 – 375.

Butler, J. Marcos de vida. Las vidas lloradas, Paidós, Barcelona, 2010.

Cela, J. C. El diccionario secreto. Alianza Editorial Sa; Edición Poc Rep, 2005, pp. 309.

Proust, M. À la recherche du temps perdu. Paris: Gallimard, Bibliothèque la Pléiade, I, 1987, II, 1988, III, 1988, IV, 1989.

Peluso, L. y A. C. Baleiro Lodi (2015). La experiencia visual de los sordos. Consideraciones políticas, lingüísticas y epistemológicas. Pro-Posições | v. 26, n. 3 (78) | p. 59-81 | set./dez. 2015. Consultada el 23 de enero de 2022 en: link

Rey, A. “L’écriture inclusive est vouée à l’échec”. Consultado el 2 de abril de 2022 en: link

Searle, J. (1969). Speech acts. Cambridge: Cambridge University Press

Villeda, K. Camacho, Fabiola E. “Agua de Lourdes” Consultada el 23/04/2022 en: link