Año 3, Número 6, julio-diciembre 2022

 

La edad no importa o ¿Cómo se denuncia una mirada?

 

Por Karina Castro Santana


Ilustración: Izcoatl Kalen Guerrero Castro

Hace un par de semanas recibí un mensaje de un número que no tenía registrado, lo primero que me apareció fue:”hola”. Pensé automáticamente que era un alumno, no vi más, estaba respondiendo otros mensajes, me salí del whats y hasta después recordé ese mensaje, pensé: “¡Uy! No vi quién era”. Para mi sorpresa, no era un alumno, era uno de los tantos choferes de taxi que yo había solicitado en esos días. Escribió (copio tal cual): “Me llamo Erik y hace un tiempo le hice un viaje. Y no pude dejar de pensar en ese día, me pareció una mujer muy hermosa. Entenderé si me bloquea. Me daría el permiso de cortegarla (sic).” Esos días había solicitado tantos taxis que sigo sin tener idea de quién es, no respondí nada, me quedé en shock y NO SENTÍ BONITO. Lo compartí con un par de amigos, uno me dijo “bloquéalo ya!” y el otro me dijo que no lo tomara como acoso, que podría ser “lindo”. En ese momento, el chofer escribió de nuevo: “Bueno disculpa me paso a retirar ” y lo siguiente fue bloquearlo... No pude dejar de pensar mil cosas: “Tal vez se equivocó de pasajera... ¿Qué le hace pensar que puede mandar ese tipo de mensajes? Quizá tenga mi dirección y sepa que tengo dos hijos... ¿Será el que me llevó a tal lado? ¿Y si me espera alguna vez fuera de mi casa?” Y así se fue construyendo la paranoia en mi cabeza. Finalmente pensé: “hay una ley de uso de datos personales en esas apps de taxis, podría denunciarlo por mal uso”. Lo cierto es que en estos momentos la vida no me da para atender tantas cosas y esta situación se fue rezagando en la lista de prioridades...

Ayer, con la instrucción de volver a dar clases como en el siglo pasado (plumones y pizarrón), volví a sentir algo que hace mucho, pero mucho tiempo no sentía... Regularmente me llevo muy bien con mis alumnos, no somos amigos, pero tampoco soy de las que usan su careta de “maestra seria”... Ayer llegué con un grupo de 6° semestre de CCH, de esos que ya se sienten “grandes”, fuman, beben y se drogan... entro al salón, dejo mi bolso, me levanto a escribir unas indicaciones y escucho voces, cuchicheos y uno de los alumnos se cambia de lugar diciendo: “de aquí se ve mejor”. En ese momento, me percato de que están haciendo alusión a mi trasero. Me quedo paralizada. Con el plumón en la mano, dije: “¡Ay! ¿Qué les estaba diciendo?” Me sentí muy vulnerable, muy acosada, terminé de escribir con muchos esfuerzos, ya no quería estar frente a ellos, no quería estar expuesta, me sentí fatal. Recordé las primeras veces que di clases en una secundaria de Tepito, en donde era imposible pararme a escribir en el pizarrón con el grupo de 3°. En aquel entonces tenía 22 años, inexperta, sin saber cómo defenderme, sin saber cómo enfrentar el acoso de unos niños (tal cual: NIÑOS) de 13 o 14 años... Ayer sentí lo mismo, en mi cabeza me sentí como de 22 años, totalmente expuesta. Pensé: “¿Cómo puedo denunciar esto, diciendo me sentí mal? ¿Es un argumento válido en contra de ellos que podrían contra argumentar que no lo hicieron con esa intención?” Durante toda la clase evité levantarme de nuevo, esperé que salieran todos del salón para levantarme a borrar el pizarrón... Cuando salí, encontré a ese grupito de alumnos en la entrada del metro. Uno me dijo: “Adioooooooooooos”, y otro dijo: “Hoy estuvo buena la clase, miss”. Yo sólo les dije: “ya váyanse a su casa, vagos” y seguí caminando, pensando: “¿Qué clase de seres estamos formando? Se habla y se denuncia tanto el acoso por parte de profesores a alumnas y alumnos, pero qué hay de estos casos donde los alumnos se sienten con derecho a acosar a la maestra? ¿Habrá casos de profesoras violadas por alumnos? Seguramente sí...”

Hoy de nuevo tengo clase con ellos. Me vestí pensando en no traer ropa tan ajustada... ¿Será que esa es una solución? ¿Será que las mujeres (UNA VEZ MÁS) tengamos la responsabilidad de solucionar estas situaciones? ¿Será que, a pesar de todo y de tanto, seguimos sin tener libertad(es) sobre nosotras y nuestro entorno?

Lo que tengo claro es que no dejaré de solicitar taxis, ni dejaré de trabajar por esto...

 

Gracias.